11 de noviembre de 2008
Y entonces cuando te huelo, no quiero parar, se me acaba lo último que queda en los pulmones, al volver a tomar aire, siento que he perdido mucho de tu olor. Ahí viene contigo la nostalgia de las navidades con los abuelitos, la salsa, las luces... la luz de mi cumpleaños, las ansias de volverte a ver para saber que tan llenito llegas.
Esas luces que alumbran todos los días del año,sólo contigo brillan diferente,tienes una magia extraña, como la de esos ojos que son el reflejo del mar...
Diciembre cuando llegas, todo lo igual es distinto por treinta y un días; los carros, las luces, el amanecer, los recuerdos se vuelven presente, el pasado vuelve cargado de amor, de nostalgia, de agradecimiento...
Me da miedo cuando llegas porque no sé cómo acabes cuando te vayas, cómo si el cambio de año transformara mi vida de manera abrupta. Te anhelo, te espero siempre, sé que vas sé que volverás y aún ya no esté aquí, seguirás, pero prométeme que me recordarás Diciembre.
No puedo parar al verdugo, al tiempo, así que adelante, gracias a Dios estoy con quienes también amo y hacen parte de mí para recibirte. Gracias por llegar, por permitirme esperarte una vez más, cuando vuelvas, ¿puedo pedirte un favor?Quiero recibirte con ellos.
TE AMO .
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