Los amigos los podemos elegir como nuestras segundas
familias pero la familia que Dios y la vida nos REGALARON es irremplazable y no se cambia ni se deja, familia es familia. Un homenaje a las familias, sobre todo a la mía. A mi bendecida familia.
Hoy quiero brindar eternamente por las familias, por la tuya y la mía. Por las familias con dificultades, con retos, con enfermedades físicas y emocionales, con abundantes bendiciones día a día y de generación en generación, con tristemente rencores heredados, con adversidades, con alegrías eternas y mutuas, con tristezas separadas, con nuevos angelitos en la familia y con otros angelitos que ya se fueron al cielo y no se despidieron.
Hoy brindo por la BENDICIÓN de tener una familia, mi familia. La que a mí me enseñó la vida y mi iglesia católica que es la Sagrada Familia: mis papás y mis hermanos, una familia basada en el amor, el respeto y la risa. Brindo por las familias que son formadas por los abuelos, los esposos, los hijos, los tíos, los hermanos mayores, los padres o madres solteras, los profesores o las mascotas. Brindo por las familias que se olvidaron de lo escencial para formar una: Dios y el Amor, (clave del éxito). Brindo por aquellas que encuentran en Dios la fortaleza y la esperanza de lo imposible para que la familia vuelva a tener foco donde debe estar y por donde debe ir. Brindo por las familias felices y con altibajos como cualquier ser humano. Brindo por las familias carentes de bienes materiales (que van y vienen) pero ricas en tranquilidad, sencillez, alegría y amor, esas que tienen menos pero viven más tranquilas. Brindo por las personas que sueñan tener una pareja y construir un hogar, una familia.
Brindo también por nuestra segunda familia, esa que escogemos en la vida: Los amigos. Viviendo lejos de casi todos los míos, la vida me invitó a hacer crecer mi familia, lejos de la mía y de mis amigos de siempre. La vida me invitó a hacer amigos de varias partes del mundo, con otras culturas, creecias, religiones, profesiones, pero hay algo que tenemos en común y que nos hacen ser amigos. Nos gusta hacer familia y regalarnos tiempo. Unos llegan y se van, pero a donde van, allá también harán más grande la familia.
Después de seis años de estar fuera de mi casa, de mi Cali, de mis papás, mi hermano y mi segunda familia, mis amigos, ésta vez que volví de vacaciones, reafirmé que la familia estará SIEMPRE, siempre ahí, pase lo que pase. Brindo por las familias.
Hoy quiero brindar eternamente por las familias, por la tuya y la mía. Por las familias con dificultades, con retos, con enfermedades físicas y emocionales, con abundantes bendiciones día a día y de generación en generación, con tristemente rencores heredados, con adversidades, con alegrías eternas y mutuas, con tristezas separadas, con nuevos angelitos en la familia y con otros angelitos que ya se fueron al cielo y no se despidieron.
Hoy brindo por la BENDICIÓN de tener una familia, mi familia. La que a mí me enseñó la vida y mi iglesia católica que es la Sagrada Familia: mis papás y mis hermanos, una familia basada en el amor, el respeto y la risa. Brindo por las familias que son formadas por los abuelos, los esposos, los hijos, los tíos, los hermanos mayores, los padres o madres solteras, los profesores o las mascotas. Brindo por las familias que se olvidaron de lo escencial para formar una: Dios y el Amor, (clave del éxito). Brindo por aquellas que encuentran en Dios la fortaleza y la esperanza de lo imposible para que la familia vuelva a tener foco donde debe estar y por donde debe ir. Brindo por las familias felices y con altibajos como cualquier ser humano. Brindo por las familias carentes de bienes materiales (que van y vienen) pero ricas en tranquilidad, sencillez, alegría y amor, esas que tienen menos pero viven más tranquilas. Brindo por las personas que sueñan tener una pareja y construir un hogar, una familia.
Brindo también por nuestra segunda familia, esa que escogemos en la vida: Los amigos. Viviendo lejos de casi todos los míos, la vida me invitó a hacer crecer mi familia, lejos de la mía y de mis amigos de siempre. La vida me invitó a hacer amigos de varias partes del mundo, con otras culturas, creecias, religiones, profesiones, pero hay algo que tenemos en común y que nos hacen ser amigos. Nos gusta hacer familia y regalarnos tiempo. Unos llegan y se van, pero a donde van, allá también harán más grande la familia.
Después de seis años de estar fuera de mi casa, de mi Cali, de mis papás, mi hermano y mi segunda familia, mis amigos, ésta vez que volví de vacaciones, reafirmé que la familia estará SIEMPRE, siempre ahí, pase lo que pase. Brindo por las familias.
Que lindo articulo lleno de amor por una familia que se mantiene unida a pesar de la dureza del tiempo.Gracias a Dios,Bendiciones
ResponderEliminarJuanis,gracias por reconfortar nuestra familia, que a pesar de la distancia mantenemos nuestra unión,;te felicito por unas frases tan lindas que nos llegan al alma unidos en la sagrada familia y que continues alimentando nuestra fuerza de familia!
ResponderEliminaratte, tu mamita